En un día trágico del mes de febrero, bajan de un monte llamado Dar Kuiba 250 personas, tras dos intentos fallidos de entrar a Ceuta.
Primero por el puente de
Buitz y el vallado del espigón, se agrupan en la playa donde fueron repelidos.
Relata Womsi Desire ,
inmigrante camerunés :” mientras nadábamos nos lanzaron gases lacrimógenos y
disparos de balas de goma .”
Prosigue Womsi su relato:
“por la mañana dejamos el bosque y fuimos hacia la frontera con Ceuta,
intentamos saltar la valla, pero no lo logramos y entonces probamos por el mediterráneo.
Vi como moría un compañero después de perder su equipo de salvamento, por culpa
de la guardia civil. Yo vi ocho muertos pero hay más.”
Este camerunés se encuentra
en Tánger, donde fue trasladado herido.
Los subsaharianos en otras
ocasiones han acusado de brutalidad a la gendarmería marroquí, en esta ocasión
culpan a la guardia civil, que asegura además que los inmigrantes atacaron a
los guardias lanzando piedras.
Es probable que cada uno de
ellos, tengan su razón, son solo dos partes del conflicto.
Lamentablemente, quienes
realmente tienen que tomar parte de este desastre humanitario, miran hacia otro
lado.
Las guerras y conflictos
han cambiado la escenografía de los países y las personas tratan de huir, a un
destino más humano. Lamentablemente, los sectores de poder, parecen no darse
por aludidos, es menos comprometido, girar la cabeza hacia otro lado, sin
hacerse cargo de los dramas que producen las guerras y desastres sociales que
siguen sin resolver.
Nora.
Yo no sé si dios existe, pero si existe, sé que no le va a molestar mi duda.
ResponderEliminar¿Donde estabas ese día?