Hemos empezado este curso en el programa de Tertulia con el escritor Antonio Tabucchi y su obra "Sostiene Pereira". Aquí os dejamos información sobre dicho escritor para todos los que estéis interesado.
El
escritor italiano Antonio Tatucchi, fallecido este
domingo a los 68 años en Lisboa, considerado como uno de los
referentes literarios de Europa, se distinguió por su compromiso civil y por su
pasión por la literatura portuguesa.
Nació
en Vecchiano, Pisa (norte de Italia) en septiembre de 1943, y se licenció en Literatura portuguesa
por la Universidad de su ciudad, para pasar después a trabajar como profesor de
esta materia en la Universidad de Génova y como catedrático en la de Siena.Confeso amante de Portugal, el escritor italiano debutó en 1971 en el panorama literario con una antología de poetas surrealistas portugueses, aunque su primera obra creativa fue Plaza de Italia, una colección de relatos publicada en 1975.
Fue el introductor y difusor de la obra del portugués Fernando Pessoa en Italia. Tradujo El libro del desasosiego en 1987 y publicó Los tres últimos días de Fernando Pessoa en 1994.
Director del Instituto italiano de Cultura
De
Esta historia de un redactor de cultura en un periódico portugués durante la dictadura de Salazar se hizo aún más famosa tras ser llevada al cine en 1996 en una producción italiana dirigida por Roberto Faenza y con Marcello Mastroianni como protagonista.
La cabeza perdida de Damasceno Monteiro (1997), novela policíaca ambientada en Oporto, también le otorgó un amplio reconocimiento internacional.
Autor de una de notable obra, se caracterizó siempre por su conciencia reivindicativa.
Crítico con Berlusconi
Como
escritor comprometido, fue muy crítico con el gobierno del presidente italiano
Silvio Berlusconi. En 2008, de hecho, fue demandado por el presidente del Senado, Renato Schifari,
tras publicar en el diario L
Unita un artículo
en el que preguntaba al político por su pasado, sus negocios y sus amigos;
uno de ellos, el propio Berluscuni.El autor escribía a mano sus libros porque, según confesó, "pertenezco al Cromagnon. Me gusta tener el bolígrafo y alimentar el callo del dedo".
El compromiso civil y el aura de misterio que predominan en su estilo literario se encuentran en sus últimas obras importantes: La cabeza perdida de Damasceno Monteiro, de 1996, Se está haciendo cada vez más tarde (2001) y Tristán Muere (2004).
Además de las citadas novelas, de su pluma salieron también títulos como Autobiografías ajenas. Poética a posteriori (2006) o la recopilación de artículos La oca al paso (2006).
Maestro de narraciones cortas
Tabucchi
era reconocido por la crítica literaria como un maestro de las narraciones
cortas. En 2010 publicó el libro de cuentos El
tiempo envejece deprisa, en el que continuó explorando el concepto
del tiempo.Su último libro publicado en España ha sido Viajes y otros viajes, ya editado en Italia en 2010, en el que relata sus estancias en diversos países del mundo.
Colaborador con diferentes medios de comunicación, entre ellos el italiano Corriere de la Sera o el español El País, escribió además la obra teatral Los diálogos ausentes, una aproximación a la soledad y la imposibilidad de comunicación.
Distinguido con numerosos galardones, contaba, entre otros, con el premio Luigi Russo, el Campiello, el Premio Campiello, el Scanno y el Premio Médicis; en España, la Asociación de Periodistas Europeos le distinguió con el premio Francisco Cerecedo de Periodismo.
Autor de una obra traducida en 40 lenguas, su nombre sonó como candidato al Príncipe de Asturias y al Premio Nobel de Literatura, candidatura que avalaba desde 2000 el Pen Club italiano.
Antonio Tabucchi formaba parte del Parlamento Internacional de Escritores, una asociación de solidaridad con autores perseguidos. En 2004 obtuvo la ciudadanía portuguesa y fue candidato a las elecciones europeas por el partido portugués Bloco de Esquerda.
Bibliografía selecta de Antonio
Tabucchi
En
1975 Tabucchi comenzó su labor como escritor con «Piazza d'Italia». Su
escritura se amplió al artículo periodístico, a la novela y, cómo no, al
relato, donde era un maestro indiscutible.Se me pide que elija cinco obras, con
el dolor del momento. Son éstas
EL JUEGO DEL REVÉS (1981)
Es el libro más significativo de la primera época del escritor. En él se
muestra el otro lado de las cosas, la realidad espejada, el reverso de una
realidad que no es tal y como aparentemente la concebimos. No es casual que el
protagonista del cuento que da nombre al libro se encuentre mirando «Las
Meninas», de Velázquez, porque en ese cruzarse de miradas crea una ficción que
va más allá de la pintura. Para el autor el relato es la forma cerrada por
excelencia.
SOSTIENE PEREIRA (1994)
La más conocida y elaborada de sus novelas. El compromiso político (se
desarrolla durante la dictadura de Salazar y la guerra civil española) aparece
hermosa y honestamente de la mano de un viejo periodista viudo, director de un
inocente suplemento cultural con debilidad por la cultura francesa, que ante la
violencia del régimen dictatorial pasa de una posición política apática a la
constatación de que en casos excepcionales se puede alcanzar la heroicidad para
defender principios y valores éticos que van más allá de las ideologías.
LA CABEZA PERDIDA DE DAMASCENO... (1997)
Para muchos habría debido elegir Requiem, escrita en portugués y que se
desarrolla en Lisboa, la ciudad que le ha visto morir, pero me decanto por esta
novela de tipo policiaco, donde un periodista busca asesoramiento jurídico a un
drogadicto que ha sido testigo de la muerte de una persona en comisaría, por la
figura del abogado Loton, solterón y aristócrata que dedica su tiempo a
defender causas perdidas como un modo de justicia histórica, pretendiendo
devolver a la sociedad lo que ésta tanto dio a su familia.
TRISTANO MUORE (2004)
Se recoge el encuentro entre un escritor y un moribundo que en su
juventud combatió por la libertad de su país. La fiebre y la morfina permiten
al escritor penetrar en ese mundo de memoria, de sueño y delirio que tanto le
ha fascinado. La experiencia de estar al lado del lecho terminal de un ser
querido le permitió recoger ese ambiente de confesión y catarsis. Al recordar
la enfermedad de los últimos meses resulta sobrecogedor pensar que contaba su
propia muerte, aunque entonces nadie, ni siquiera él, lo pudiera sospechar.
LA OCA AL PASO (2006)
Para aquellos que quieran leer al Tabucchi más comprometido y más
combativo con la política italiana encontrarán toda su fuerza en este libro:
contra los negocios de Berlusconi y sus extraños aliados de la izquierda,
contra los terroristas con delitos de sangre acogidos en Francia, contra quienes
se rasgan las vestiduras cuando se afirma que el fascismo era fascista. El
presidente del Senado italiano mandó una legión de abogados solicitándole 1,3
millones de euros. Aviso para caminantes dirigido a la clase periodística. Y él
se encontró solo.
ENTREVISTA AL ESCRITOR
Pregunta: Usted es un enamorado de la literatura española. ¿Cómo ve el
panorama actual? -Respuesta: Sobre la actualidad me resulta muy difícil hablar. Prefiero hablar sobre los muertos, ellos nunca protestan. Pero si hablamos de los escritores de ahora, tengo dos grandes amigos a los que estimo mucho: Enrique Vila Matas y Manuel Rivas. De los otros no hablo, porque no los conozco personalmente. De Enrique admiro su manera muy moderna de narrar, su grandísima imaginación, la capacidad de falsificar la realidad para llegar a una realidad paralela, más profunda, que a veces acompaña a la realidad visible.
De Manuel Rivas admiro su compromiso, su coraje y también que tiene una manera muy poética y muy lírica de contar que hace de él un narrador muy especial.
-P: Es conocida la fascinación que ejerció sobre usted la obra de Pessoa…
-R: En realidad se ha mitificado esta fascinación mía por Pessoa. Yo soy adoptivamente portugués, y los portugueses me preguntaban mucho sobre él. Soy profesor de literatura portuguesa y soy filólogo y profesor durante muchos años de la Universidad de Siena. He traducido y he escrito ensayos sobre Pessoa, pero también he escrito sobre muchos escritores que han acabado perteneciendo a mi maleta de escritor.
Pessoa me fascinó mucho, porque es un gran novelista que escribió en poesía. Su obra es una comedia humana, pero sus personajes son poetas. La alteridad, inventarse personajes, pertenece a la idea de la literatura. Ya lo hicieron Cervantes, Shakespeare, Balzac…
-P: Y qué otros escritores lleva en la maleta Tabucchi? -R: Por ejemplo Conrad, y también muchos poetas, releo mucho a Emily Dickinson, a Pirandello, a Borges lo leo continuamente… Y también, claro, a Pessoa, que me parece uno de los genios del siglo XX, una de las mayores figuras. Pessoa es un universo. -P: Aparte de esa maleta de escritores que usted arrastra, tienen algo en común los libros de Tabucchi? -R: Deben tener un ADN semejante, pero yo no sería capaz de encontrarlo. Para observar su propia obra es necesario un microscopio que el autor no tiene nunca. |
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Se
observa mejor desde fuera. Los críticos dicen que mis temas son lo errante, el
desasosiego, los personajes que tienen una vida incompleta, los vagabundos de
la vida, los perplejos. Creo que en mi obra hay muchos personajes semejantes,
aunque se encuentren en situaciones distintas.
-P: ¿Y qué hay de Tabucchi en la obra de Tabucchi? -R: Nunca escribí poniendo un yo personal, nunca fui un personaje de mis novelas, pero, inevitablemente, los personajes acaban por semejarse a un autor. Existe semejanza entre ellos, porque los escritores ponemos siempre un poco de nosotros mismos en nuestros personajes.
Ya Cervantes decía que él era Don Quijote y Sancho Panza.
-P: Mañana, día del libro, usted estará en Murcia ¿Qué piensa que puede aportar la literatura a un mundo como el nuestro, lleno de prisas, que parece estar muy de espaldas a ese papel pausado que se le presupone a la literatura?
-P: La literatura tiene hoy el papel que siempre tuvo: proporcionar una manera distinta de ver las cosas. La cámara de la televisión nos envía imágenes, pero la cámara mira recta, no puede girar el ángulo, la literatura gira, va detrás, más allá de lo que somos capaces de mirar.
-P: Una de sus últimas novelas gira en torno al género epistolar. También una de las últimas novelas de Molina Foix, que ha tenido mucho éxito en nuestro país. Las nuevas tecnologías permiten que nos comuniquemos más deprisa pero, probablemente, las cartas nos permitían hacerlo de un modo más profundo.
-R: Indudablemente. Los SMS y otras nuevas formas de comunicación son sintéticas por naturaleza. Pero yo no creo que vayamos hacia el fin del género epistolar. Cuando tenemos que decir algo profundo escribimos una carta. Cuando se muere el padre de un amigo mío, yo no voy a mandar un sms, le escribiré una carta y le diré que conocí a su padre y le hablaré del dolor que me produce su fallecimiento, o le describiré la infancia que pasamos juntos recordando a su padre.
No sé si en el futuro los sentimientos humanos se quedaran
en un sms: un sentimiento atrapado en un sms. Espero que no
-R: Sí, estoy de acuerdo.
-P: ¿Piensa que el cine puede complementar una obra literaria, puede ayudar a comprenderla con otro lenguaje, o más bien la traiciona?
-R: Yo creo que cuando un libro se transforma en una película es otra cosa, es otro lenguaje, es una obra absolutamente independiente. Sería poco inteligente por parte de un escritor ir al cine a ver una película basada en una obra suya y que, al ver que no es lo que él ha escrito se sintiera traicionado.
-P: ¿Y al contrario, qué ha aportado al cine la literatura?
-R: Está claro que el cine necesita de la literatura, porque necesita de una estructura narrativa, y la busca a menudo en la literatura. Es una relación muy intensa.
-P: ¿Qué tienen sus novelas para que los directores las busquen?
-R: Algunos cineastas dicen que hay una visualidad muy fuerte en mis novelas que les seduce. Fernando Lópes, el director portugués que filmó ‘El filo del horizonte', escribió un artículo sobre esta supuesta característica de mis novelas, él decía que mi narración era aparentemente cinematográfica, pero cuando se intenta llevar al cine se comprueba que es muy difícil de adaptar. Y es que mi narración está llena de huecos, de saltos, y eso es complicado para el director, el cine no aguanta los huecos, tiene que rellenarlos. La imagen necesita de la imagen, no del vacío. Un lector rellena los huecos que se produzca en un relato literario con su imaginación.
Mi novela ‘Requiem' fue adaptada por Alain Tanner. En mi narración hay un encuentro que es una gran espera del fantasma de una mujer por parte de un hombre que estuvo apasionado por ella. Aquel día los vivos y los muertos aparecen en un mismo plano, pero cuando va a ocurrir, yo paso la página. Pero eso no lo puede hacer el cine. Tanner resolvió bien esto, porque introdujo un baile, un vals muy melancólico y en él danzan ambos como en un sueño.
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