La nombro como mujer, aunque tal vez nunca pudo ser niña.
Necesitó crecer de golpe al ser mayor de los hermanos y tener que enfrentar la
vida que se les venía encima. Pobreza y responsabilidades de adulto teniendo
apenas ocho años. Sobre sus espaldas una carga de trabajo de mañanas heladas y
fríos que penetraban en el cuerpo y no se iban.
Durante el día disfrutó poco de la escuela, eso era privilegio
de otros niños más afortunados, pero,… la vida se presentó así y había que
darle respuesta. Ella se enfrentó, como a todo, con coraje y sin bajar la
cabeza. Esa fue la consigna que se impuso en el camino a transitar. Pasaron
años de igual lucha, sabiendo que su destino era ese, trabajar y apuntalar a
los hermanos.
Llegó un día en que se vio dentro de un cuerpo de adulta,
cuerpo guiado por una mente que era madura desde hacía mucho tiempo. Conoció un
día a la persona que sería su compañero de ruta y juntos siguieron trabajando y
luchando con el gran potencial de sus manos, desde cultivar cada rincón de
tierra con hortalizas y flores haciendo de una humilde morada un vergel
maravilloso, también con animales domésticos que formaban un hermoso parque.
Esas manos trabajadoras hacían también hermoso bordados que surgían mágicamente
sobre coloridas telas. El aroma de su cocina inolvidable y añorada aún se hace
presente en los sentidos.
Su cabellera, que cruzaba en dos trenzas coronaban su hermosa
cabeza que erguía desafiante a la vida día a día. Esa sería su postura hasta el
final. Se rodeó de hijos y nietos, cobijando a todos en su hogar, con amor y
determinación, haciéndose respetar con cariño.
La recuerdo amante del cine, al que esperaba con ansia, era su
momento de ocio, tal vez allí dejaba volar sus pensamientos, evadiéndose de
todas las realidades. Por otra parte los libros eran para ella su pasión,
quizás mimetizándose con los personajes leídos. Su imaginación volaba.
Así transcurrió su vida, de puro esfuerzo y gran lucha. Hasta
programó su alejamiento de este mundo, que fue un día de su cumpleaños, tozuda
ella!!!
Pienso que si realmente hay otra vida, Antonia habrá cumplido
sus ansias de aprender y disfrutará de todas las cosas que le estaban vedadas y
reinara con su corona de trenzas donde esté, siempre con la cabeza alta y una
gran sonrisa, inolvidable.
NORA
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