Hoy me he lanzado
al camino polvoriento, mi niño se ha puesto mal, ya he perdido otros hijos… He
sentido mi corazón apretado al verle con la piel hirviendo, sus ojos cerrados y
sin su sonrisa, que alumbra mi vida… Y me dije, “no va a pasar de nuevo”.
Caminaré hasta encontrar un campamento y alguien que cure a mi niño y me
devuelva la esperanza. Él me observa y a pesar de que no habla su mirada me
dice: “madre, ¿adónde vamos?, ¡me siento mal!” Y tú no tienes fuerzas…
Sí, le digo, tú, descansa en mis brazos que mis piernas no
flaquearán mientras tus ojos me miren, yo podré llegar, habrá personas que
curen tu mal y devuelvan tu sonrisa. Tú sabes que sin ti, mi vida no vale nada…
Mi piel está seca
y mis pechos casi vacíos, pero al llegar todo cambiará. Ya verás. Tú piensas en
la estrella que nos guía y resiste.
Sus ojitos se
cierran de cansancio y debilidad, lo miro y me digo ¡podré! ¡llegaré! Y nuestra
mala vida cambiará, tendremos comida y dejaré de llorar por las noches, pensando
en mi destino.
Al final del
camino tendremos paz y tal vez todo cambie, tal vez tú sonrías, tal vez mi vida
encuentre la luz, tal vez…
NORA
No hay comentarios:
Publicar un comentario