Siguiendo con las narraciones de las costumbres de mi pueblo Manganesos de la Polvorosa y para ver que no todo es negativo tenemos una “Fe y una Tradición” muy bonita. Esa sí la conocí desde niña, cuando el calor se adelanta a su tiempo, se agostan los campos, no crecen los cereales, ni granan. Entonces desde tiempos remotos se saca a San Isidro Labrador en procesión por los campos, por caminos rurales de cantos y pedruscos en andas y rezándole con cánticos de súplica pidiéndole lluvia. Este San Isidro está hecho en una bella talla de madera y llevando dos preciosas vacas unidas por un arado.
La procesión y los ruegos no siempre dan sus frutos, aunque otras se prepara una tormenta que coge desprevenidos a los fieles y al santo y los empapa. Pero esto no tiene mayor importancia, lo fundamental es que riegue los campos. Así regresan todos a la iglesia o a sus casas felices y, claro, con algún catarro que otro en premio. No me dirán los lectores que esto no es una tradición hermosa y de FE.
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