Cuando la juventud nos abraza somos como un remolino desafiante y
voluntarioso, nadie nos detiene, llevamos el día a día revoloteando alrededor
de las cosas, obligaciones, trabajo, pareja, hijos, tratando de abarcar el
mundo con las manos.
Ese tiempo de vorágine llega luego a una meseta,
los hijos crecen, menos obligaciones, nos aquietan... de pronto vemos, que
pasaron años , nos vemos a nosotros mismos y a nuestra pareja diferentes ,
surgen problemas físicos , nos hacemos más amigos de nuestras gafas y por qué
no? , de los medicamentos ... pero nuestro sentir es el mismo , como hace
tantos años , con iguales ilusiones , mismas esperanzas , pero con distinta
visión de las cosas .
Nos proyectamos en hijos y nietos, nos ilusionamos con ellos,
sufrimos con ellos.... Tratamos en parte de trasmitir vivencias, sin avasallar, pero aportando
nuestras ideas, es inevitable.
La corteza exterior,
que nos recubre cambiará, seremos diferentes, no caminaremos tan erguidos y
seremos más dependientes, pero no tiene importancia, hemos avanzado en la vida.
Mal o bien, como pudimos, seguramente lo hicimos bien. Los errores cometidos,
son parte de la vida, enseñanza profunda hasta el final, que jamás termina.
Así al culminar el
camino, nos aceptaremos como somos, con miles de errores, pero con la voluntad
de cambiar, lo que no hemos modificado en su momento. Vivamos la vida, dando lo
mejor de nosotros mismos y aceptemos que las nobles arrugas son parte de ese
largo camino transitado, nuestro mapa de vida. NORA.
SIEMPRE HAY UN MOTIVO SI ENCUENTRAS EL MODO DE SENTIRTE VIVO, A PESAR DE TODO.
A PESAR DE TODO, EL PAN Y LA CASA, LOS CHICOS QUE CRECEN JUGANDO EN LA PLAZA. A
PESAR DE TODO LA VIDA QUE HERMOSA, SIEMPRE Y SOBRE TODO, DE TODAS LAS COSAS.
GRACIAS, A PESAR DE TODO.
ELADIA BLAZQUEZ.
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