Estamos en el mes de mayo el mes de las flores, y de
la la madre, de todas las madres del mundo, y no quisiera seguir sin felicitarlas
a todas en este día, y dedicarles mi cuento.
Creo que nunca les agradecemos lo suficiente lo que les debemos. Nos dan la
vida, y la protegen hasta que las fuerzas se lo permiten, luego quedan a merced
de nuestro amor o desamor según.....¿pero alguno-a le ha dado las gracias por
lo que ha recibido? Somos como un pozo sin fondo, recibimos como si tuviéramos
todos los derechos y ninguna obligación, ni entonces ni al final de sus
agotadas existencias.
Yo, al menos no recuerdo haberlo hecho directamente, aprovecho desde aquí
para hacerlo, y decirle gracias, mil gracias por ser mi Madre.
”LIRIOS
SILVESTRES " CUENTO.
En Castilla tenían la costumbre cuando yo era niña de llevar flores a la virgen,
supongo que seguirán haciéndolo Cada cuatro días un grupo de tres niñas del
colegio las llevaban y renovaban, según sorteo. A Carmina también le
tocó, y desde ese momento los nervios la tenían fuera de sí ¿cómo podría
hacerlo?
En ese mes en el
pueblo había lilas, rosas, saúco y clavellinas preciosas, pero quien las
tuviera, ellos no tenían jardín, ni huertas anexas a la casa ,ni flores.
Su madre viuda, bastante tenía con sacar adelante a sus hijos con su
trabajo que no era poco, para pensar en huertos o en jardines. ¿Cómo podía
Carmina pedirle tal cosa? y pedirlas a alguna conocida era como pedir en aquel
tiempo mil pesetas. A sus diez años no sabia que
hacer no quería molestar a su madre con su problema que ya tenía suficientes,
pero tampoco quería quedar en ridículo con sus compañeras y con la maestra, así
que al final habló con su madre y le dijo: "mamá yo ya sé que es imposible
pero si me lo permites ese día finjo estar enferma y no voy a la escuela
", "de ninguna manera-dijo su madre- la clase es sagrada,
irás y ya encontraremos flores, aunque sean unas humildes amapolas.
Cuando llegó la víspera se lo recordó a su madre, que parecía olvidada, no
era extraño, tenía otros problemas más importantes. No le contestó, al día siguiente
se levantó como siempre, se aseó y desayunó, cuando ya salía para la
escuela le dijo su madre: "Carmina coge el ramo de flores que hay en un
cubo en el patio, a ver si te gustan". Cuando Carmina lo vio le
salió un grito de alegría de su garganta, era el ramo más maravilloso que
jamás había visto, lirios silvestres, amarillos, blancos y morados, parecían de
terciopelo. Carmina se abrazó a su madre emocionada, y le preguntó: ¿De dónde
mamá, de dónde los has cogido? y ella le dijo: " Dios los puso a la
orilla del rio para ti, solo había que ir con mucho amor a recogerlos"
A dos kilómetros, pero que son las distancias
para una madre...., solo hay amor.
Así lo entendió la maestra que la felicitó y le
dijo ! qué lirios tan bellos.¡
Paquita
Pakita, mila ezker.
ResponderEliminarPor compartir con tus compañeros no solo este cuento,por cierto muy bonito,sino tus experiecias ,eres (al menos para mi y pienso que para todos)un ejemplo a seguir.
Un abrazo y muxux desde la costa,del pueblo de los gitanos. PILAR.