Recuerdo cuando
era niña como nos juntábamos toda la familia: abuelos, hijos, nietos, todos en
casa de mis abuelos. Pasan los años y la vida cambia y muchos de los valores
aprendidos en compañía de la familia se olvidan o se van dejando por el camino,
se pierden en la marejada que nos toca ir viviendo. –Amparo-
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