Estamos leyendo
literatura portuguesa en la clase de Tertulia y me gustaría hacer una breve historia de esa nación.
Entre los más
importantes escritores portugueses tenemos a Eca de Queiroz, Lobo Antunes,
Cardoso Pires o Lidia Jorge con su famosa novela “Los murmullos”. Tampoco
podemos olvidar los antiguos como Domiro do Gois (1.520) o el poeta Luis de
Camoens (1.524), que fue quien ensalzó las grandes gestas de los
descubrimientos y en su nombre se instituyó el más importante premio de las
letras portuguesas en 1.988.
Pero nos vamos a
centrar en otro gran escritor, premio nóbel de literatura, JOSÉ SARAMAGO, del
que estamos leyendo un libro, “Levantado del suelo”, libro duro, de historia
desgarrada, en el que florecen todas las miserias de la humanidad, desamparo,
dolor y crueldad. Sus personajes discurren pasivos con su triste vida, sin
revelarse ante tanta miseria, trabajo, hambre y desgracias, heredadas y
aceptadas, sin renegar contra esa herencia.
El lugar donde se
sitúa la historia es la comarca del Alentejo, centro de Portugal, tierra dura y
árida. Tierra donde los hombres para sobrevivir dejan la vida, sin otros
horizontes, porque son incapaces de sacudirse el yugo.
¿Qué hay sitios
más gratos? Por supuesto, pero cada uno tienen que vivir si no te revelas en lo
que te viene dado. Es muy valiente el que logra escapar a su sino.
Por lo que llevo
leído, la familia principal de este libro, a la familia “Maltiempo”, no le
pueden ir peor las cosas, con un padre vago y alcohólico, que huía de su
responsabilidad y de su miseria, poco se podía esperar, sino ir destruyendo poco
a poco a la familia, sin luces, ni esperanzas de cambios.
Ni siquiera los
sueños de un servicio militar, para cambiar el horizonte que alberga el hijo
mayor le son concedidos por los hados. A seguir en la trocha de generación en
generación. Si miramos un poco atrás, cuestión de unos siglos, nos preguntamos,
¿Qué fue del inmenso poderío de esa nación? ¿De las inmensas riquezas qué
acumuló? Envidia del mundo que la rodeaba.
Fue invadida por
los bárbaros del norte, después vinieron otros muchos pueblos, griegos,
romanos, árabes que la dominaron a lo largo de décadas. Pero el pueblo lusitano
luchó bravamente por su libertad y consiguieron la independencia, aunque no
consiguieron erradicar al tirano y explotador latifundista, del Alentejo y de
otros lugares.
Portugal es una
nación preciosa a la que he tenido la suerte de visitarla de norte a sur y me
ha encantado su carácter amable y atento. Hay lugares hermosos, pero es Lisboa
quien se lleva la palma, ciudad fundada por los fenicios, siendo en esa época
más importante que Atenas. Fue construida en una ladera que bajaba suavemente
al mar. Hoy sigue tan bella y esplendorosa, a pesar de ser destruida desde la
antigüedad por terremotos y maremotos como el de 1.755, que la destruyó casi al
completo, pero siempre logró resurgir de sus cenizas.
En este momento
podemos admirar sus monumentos antiguos y modernos, como el puente sobre el río
Tajo en su desembocadura al Atlántico. Es impresionante por donde circulan
vehículos en varios carriles, además del tren. Todo un espectáculo para los
ojos y no quiero seguir enumerando sus maravillas, para no quitar el encanto a
mis compañeros cuando la visiten.
En fin, Portugal
fue una nación gobernada por bárbaros, monarquías, repúblicas, dictaduras y
democracias, pero nadie logró salvarla del latifundio y la crisis que la ahoga
en estos momentos. PAQUITA GIL (Alumna de Tertulia)
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