3ª Fase: Y así nos metemos entre los catorce y los veintipico años donde ya la gente lo tiene como más claro. Normalmente los menores prefieren playa, con sus motitos, sus escarceos nocturnos,… y los que son ya más mayorcitos pues a los Pirineos a escalar, claro, todo a costa de los padres … Luego vuelven todo felices con sus amores y amoríos que pronto quizás olvidarán, ¡ infelices! No saben que amores de verano son como agua en un cesto.
Pasan los años, se independizan, unos se casan, otros solteros o en paraja, pero siguen el camino de los padres.
Estos piensan a su vez que para los 45 ó 50 libres para ir donde quieran o hacer lo que quieran, pero ¡ no! Les queda todavía otra fase, esta es la de si los abuelos son dependientes o autónomos, si son autónomos, no hay que preocuparse, vacaciones de todo tipo y a vivir la vida por si acaso, pero si son dependientes eso ya es harina de otro costal, hay que llevarlos porque estaría muy mal dejarlos en casa arrastrando sus sillas de ruedas o diabetes o corazones pochos y por lo tanto no hay problema, a callar el personal que sino ya se sabe “hay muchas residencias libres”.
Cuando se regresa de vacaciones, tostados, morenos o yo diría negros y les preguntan que qué tal, muy bien- responden- fantástico, pero chica después de un mes deseas volver a casa a descansar.
Y así es como veo yo, con un poquito de humor el tema de las vacaciones. ¿Y tú cómo lo vives?
Paquita.
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