Siria se ha ido desangrando diariamente, sin pausas, condenando a las actuales y futuras generaciones a la pobreza, hambre y desesperanza, y nadie realmente parece ver este genocidio, de más de tres años. Los grandes negocios de armamentos, han surcado los siglos, sembrando muerte y destrucción sin límites. Este siglo debiera ser, el de la culminación de las guerras, y el de la aceptación de las diferencias tan profundas que existen en los pueblos. El papa Francisco, tiene la esperanza de lograr acercamientos. Sería maravilloso, que pudiera lograrlo, para así, poder avanzar hacia el respeto y entendimiento, que hoy alejan a los humanos entre sí. Lo habitual es que un determinado grupo se apropie de la verdad y se proclame verdugo del grupo contrario, sintiéndose todopoderoso e inflexible. El abrazo a la paz será factible sí cada grupo entiende que no somos dueños de la verdad absoluta y lo que debe prevalecer, por sobre todas las cosas es
la vida ……
Nora.
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